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 International The News (Articulista Invitado) Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México pretende sembrar en la opinión pública que las tragedias recientes que se han presentado en el Sistema de Trasporte Colectivo (STC) Metro, son actos premeditados de sabotaje; sin embargo, los expertos señalan que los accidentes más bien obedecen a un delicado problema de reducción presupuestal en su administración, lo que provoca falta de mantenimiento profundo, preventivo y correctivo que tiene a este servicio colectivo al borde del colapso, lo que ya se ha manifestado en tragedias. El Metro representa el principal medio de movilidad y trasporte público de la capital, siendo considerado hasta hace poco tiempo uno de los medios más seguros. Sin embargo, las cosas han cambiado radicalmente, ya que a raíz de los accidentes fatales, no pocos de los usuarios que lo utilizan todos los días utilizan -este popular transporte-, temen por su vida. ¿Por qué? Porque viajar en el Metro representa una actividad de alto riesgo: porque choca, porque se incendia, porque los vagones se desacoplan, porque de un momento a otro aparece humo, o porque el conductor en cada estación abre las compuertas de los dos lados simultáneamente de manera irresponsable, sin que la administración del sistema y el sindicato, den una explicación coherente de como un conductor de tren ebrio, puede eludir todos sus filtros de control para poner en peligro cientos de vidas, sin ser detectado. Resumiendo, a la fecha ya se contabilizan 29 muertos y 200 heridos en los últimos accidentes, lo cual es sumamente grave. A ello hay que agregar las demoras cada vez más frecuentes y preocupantes de más de 20 minutos en buena parte de las estaciones en toda la red del STC, integrado por sus 12 Líneas, lo que genera confusión y verdaderos tumultos de usuarios no solo en los transbordos de Tacuba, Tacubaya, Centro Médico, Pino Suárez, etc., sino en cualquier estación. En horas pico las estaciones de trasbordo se convierten en puntos de verdadera locura y crispación de nervios, que tarde o temprano pueden derivar en algún accidente grave. Los trabajadores del Metro señalan estas demoras como fallas atribuibles a mantenimiento, a consecuencia de la carencia de recursos suficientes. Además, las quejas de la mayor parte de los usuarios del transporte masivo, se centran en la falta de operación del sistema de aire acondicionado en los vagones, así como la alarmante cantidad de escaleras eléctricas sin servicio, en las 195 estaciones de la red, sin encontrar más explicación que el ahorro de luz. Estas medidas, tiene una afectación a quienes se dice son prioridad de la administración de la 4T: personas de la tercera edad, mujeres embarazadas y discapacitados, quienes sufren el más penoso viacrucis en su desplazamiento por el Metro. Con relación a los dos trenes que colisionaron el 7 de enero en las estaciones Potrero y la Raza de la Línea 3 del Metro, donde una joven murió y decenas de personas resultaron heridas, la Fiscalía de Justicia de la ciudad de México, en la investigación que realizó, concluyó en negligencia del conductor. Sin embargo, diversos medios han constatado que cuando un tren ingresa a un tramo del túnel, donde se presentó el percance, puede hacerlo en oscuridad total –un punto ciego donde se dificulta detectar si hay otro vagón-. Es decir no hay luminaria alguna que apoye la labor del conductor de la unidad. A ello, se suma que cuando el vagón ingresa a un túnel y se detiene porque se quedó sin luz, esto no le permite encender las luces intermitentes, lo que implica un alto riesgo para el tren detenido y el que viene atrás.  Claudia Sheinbaum y su Secretaría de Finanzas, han insistido en que los recursos asignados para el mantenimiento del Metro, durante l actual administración, se han incrementado. La realidad es que, de acuerdo al Presupuesto de Egresos y la Secretaría de Administración y Finanzas del Gobierno capitalino en 2018, el presupuesto fue de 17 mil 548 millones y en 2023 de 18 mil 847 millones, lo que significa tan solo un incremento de mil 299 millones; es decir, ha registrado un bajísimo incremento de 7.4 por ciento en 5 años, que no es representativo y, más cuando estas cifras no toman en cuenta la inflación que ha sido particularmente alta en los últimos años, lo que desmiente el supuesto incremento. El presupuesto más bajo registrado fue en 2021 durante la emergencia sanitaria, con 15 mil 81 millones de pesos, que será recordado por dos tragedias registradas: el incendio del Centro de Control de mando de la Subestación Buen Tono con la perdida de una vida humana y el desplome del tramo elevado de la Línea 12, con el trágico saldo de 26 personas fallecidas. A ello, hay que agregar una mala gestión del presupuesto para mantenimiento, ya que de acuerdo a la Cuenta Pública, la administración de Sheinbaum con relación al Metro presentó un subejercicio, tan solo en 2020, de 587.8 millones. Es decir, dinero autorizado que no fue ejercido en tiempo y forma y devuelto a la tesorera capitalina para ser utilizado en otros proyectos. Difícil de creer el nivel de negligencia de la administración del Metro, cuando sindicato y trabajadores han denunciado de manera consistente ante los medios que “no hay mantenimiento” porque no cuentan con refacciones, equipo, ni herramientas. A ello hay que agregar que los usuarios están muertos de miedo; además, porque ahora, con la intención de buscar culpables y con tal de justificar el sabotaje al metro, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), lleva 7 carpetas de investigación por actos considerados por sabotaje. Vean la gravedad de los casos: 6 por celulares caídos al metro y 1 por una mujer que arrojo unas aspas de lavadora a las vías. La señora Viridiana Salgado, detenida injustamente el pasado 12 de enero por un policía auxiliar en la estación Centro Médico de la línea 3, presuntamente por arrojar unas aspas de lavadora a las vías del Metro. El caso de la señora Salgado, un simple accidente como muchos de los que ocurren a diario en una red de trasporte masivo, en la que a decenas de personas se les resbalan de las manos el celular, la cartera, el paraguas etcétera. El tema de Viridiana resulta peculiar, ya que lejos de ser tratado como una simple falta administrativa, fue manejado con un increíble dolo y miopía, por el ministerio público y posteriormente por el juez procesal, tratando su caso como sabotaje en su modalidad de ataque a las vías de comunicación. ¿Desafortunada coincidencia o funcionarios de consigna? El policía que detuvo a Salgado, el Ministerio Público y el Juez de Proceso actuaron en perfecta sincronía con la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum para apuntalar su narrativa de la teoría del sabotaje de los accidentes fatales del Metro. El mismo día que Claudia Sheinbaum, anunció la entrada de elementos de la Guardia Nacional a las instalaciones del Metro por sabotaje, Viridiana fue detenida y presentada ante los medios como si hubiera estado a punto de descarrilar el tren. Fue un abuso de autoridad total. Un exceso de “justicia aberrante”: persona vulnerable, mujer y mayor de edad. Causó prisión preventiva por 2 días en el ministerio público y, posteriormente fue trasladada al penal femenil de Santa Martha Acatitla, donde permaneció presa otros 3 días, lo que provocó que ella y sus dos hijos perdieran el empleo. Una mujer que todos los días lloraba por la infame calumnia y daño moral a la que fue sometida acusándola de saboteadora. La única prueba: el dicho de un elemento de seguridad que la detuvo. Finalmente, al gobierno de la Ciudad de México se le cayó el teatro sobre la infamia tramada alrededor de Viridiana, siendo decretada su libertad por falta de pruebas. Desde hace años la falta de atención y mantenimiento ha sido una constante por demás evidente en todas las áreas del Sistema de Transporte Colectivo, no solo manifestada por el sindicato, sino también observada y señalada por los usuarios en sus videos (redes sociales), lo que ha provocado un deterioro gradual del servicio que ofrece a sus más 5 millones de pasajeros diarios. Más aún, si consideramos que el Metro ya cumplió 53 años de servicio y a falta de recursos se muestra como un “Metro agonizante”, a diferencia de los Metros de Hong Kong, Londres, París y Berlín, en donde a cada 30 años son renovados en su totalidad como medida preventiva de seguridad. Sheinbaum con su discurso del sabotaje alimentando la teoría del complot, busca distraer la atención del problema de fondo que representan las fallas graves de mantenimiento, derivado del austericidio (suicidio por austeridad), al que su administración ha llevado al Metro. Sheinbaum Pardo, principal aspirante de Morena a la presidencia de la República (2024) ha insistido en la narrativa de sabotaje al calificar como hechos “atípicos”, los recientes accidentes para descarrilar su candidatura y, serian un argumento válido si incluyera como elemento clave la falta de mantenimiento, como una segunda línea de investigación. Claudia Sheinbaum envía un mensaje equivocado a la ciudadanía de que se está cometiendo un delito de sabotaje dentro de las instalaciones de un STC y, no de un Metro agonizante a raíz del austericidio al que es sometido. Si no al tiempo. * Presidente del Consejo Nacional de Defensa a la Ciudadanía A.C. |
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